Possessions, la serie israelí que intriga a todos con su imperdible ...

Es el día de su casamiento y la madre de la novia no quiere asistir, se niega a bajar el auto, se opone a esa boda. Natalie (Nadia Tereszkiewicz) ruega, llora, se enfurece con ella y por fin vuelve al templo, dispuesta a casarse a pesar de todo. Natalie es francesa y está radicada en Israel junto con sus padres y sus dos hermanas.

Aunque desobedece a su madre y sigue adelante con la boda también es cierto que no se la ve feliz y está lejos de compartir el entusiasmo de su novio israelí Eran (Imri Biton), la familia de él y sus amigos. Entonces -es necesario adelantar este comienzo- a la hora de cortar la portentosa torta, se apagan las luces un instante como golpe de efecto y al volver a encenderse Eran se desploma degollado y Natalie, bañada en sangre, tiene todavía el cuchillo en la mano. Ella misma parece ser la más sorprendida; aunque todo la señala resulta difícil considerarla una asesina.

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Esta pesadilla es el eje de la historia; la policía detiene a Natalie y la interroga. Esti (Noa Koler) es la inspectora a cargo y a medida que avanza la investigación parece más dispuesta que su compañero a considerar otra clase de elementos, como la psicología y la religión. Un joven oficial del consulado francés en Tel Aviv, Karim (Reda Kateb) se presenta para prestar ayuda a Natalie, puesto que es una ciudadana francesa, y queda hechizado por ella: su tarea a partir de entonces supera ampliamente su responsabilidad profesional.

Nadie entiende qué ocurrió salvo la madre de Natalie (Dominique Valadié) y la mejor amiga de la madre, Louisa (Ariane Ascaride). Comienzan a aflorar antiguas tradiciones que en algunas zonas perduran aun en el presente; supersticiones y rituales que muchas religiones conservan en sus versiones más extremas. Por ejemplo: dice la Torá que ante el fallecimiento del esposo, el hermano debe casarse con la viuda: se llama ley del levirato.

No es una imposición obligatoria pero si ella o el hermano deciden renunciar a esta orden religiosa deben realizar una complicada ceremonia en la que se ata y desata una cinta en la sandalia del varón y la mujer debe escupir al piso. Con fuerza.

Este es solo un ejemplo de las reglas, los rituales y los castigos psicológicos que surgen de una religiosidad extrema. El nombre de la serie, Possessions, es equívoco puesto que no son exactamente posesiones lo que guía las acciones de los personajes pero hay un elemento en cierto modo sobrenatural que colabora con las dudas, las preguntas sin respuesta y los destinos fatales.

Possessions es una creación de Shachar Magen, dirigida por Thomas Vincent, hablada en francés, hebreo, inglés y árabe. Transcurre en Tel Aviv aunque la cámara recorre también las dunas infinitas del desierto del Neguev. Consta de seis episodios y puede verse en HBO Max.