Boca y un Barco que llegó a buen puerto

VALENTÍN BARCO es, con apenas 19 años, uno de los estandartes de Boca, el que ilusiona con su fútbol profundo, su desborde, su habilidad y que este miércoles, además, ejecutó de forma exquisita el penal que cerró el pase a cuartos de final de la Copa Libertadores. Antes, por enésima vez, había deslumbrado con su fútbol.
La calidad de Barco para patear el último penal de Boca.
Hoy por hoy es una figura descollante y eso lo sabe, antes que nadie, el entrenador Jorge Almirón: "No sorprende. Nosotros estamos todos los días con él y sabemos lo que puede dar, ya que por ejemplo contra Deportivo Pereira en fase de grupos se puso el equipo al hombro y levantó a la gente".
Sin embargo, hubo días turbulentos y de incertidumbre acerca de su continuidad, en los que la joya estuvo literalmente colgada, hasta que en febrero se anunció la renovación de su contrato hasta diciembre de 2024, con una cláusula de rescisión de 10 millones de dólares.
La definición fue toda una novela, con Getafe de España de por medio, que quería comprar la mitad de su pase en 4 millones de euros. Hasta Juan Román Riquelme habló públicamente del caso, en enero pasado: “Si se va a Getafe, queremos que el chico crezca. Si se queda acá, lo vamos a seguir cuidando y preparando para que el día de mañana pueda llegar a ser un jugador profesional”.
Lo cierto es que mientras el caso estuvo sin resolverse, ni siquiera jugó en la reserva y no disputó el Sudamericano Sub 20. Hasta que el barco llegó a buen puerto y se rubricó su vínculo sin aumentar su cláusula de salida, que parece exigua si se tiene en cuenta la relación costo - beneficio que puede reportarle a un potencial comprador del mercado europeo.
Una vez resuelto el tema contractual, el Colorado se convirtió en fundamental y su desempeño no paró de crecer. Titular en 5 de los 6 partidos en los que fue convocado para la Copa y en 11 de los 12 choques para los que fue convocado en el torneo local. En medio de todo eso, jugó el Mundial Sub 20 que se desarrolló en la Argentina y no descolló, sumido en la confusión general de un equipo que estuvo lejos de cumplir las expectativas.
El partido de Valentín Barco contra Nacional.
No obstante, al retornar y ponerse la azul y oro, fue determinante cada vez que le dieron la pelota y encaró, generando la ilusión de los hinchas en cada arranque endiablado del número 10 de la infancia en 25 de Mayo devenido en 3 por los avatares de su inserción en Boca y reconvertido en arma de ataque punzante, veloz y de habilidad indescifrable.
Debutó en 2021 con apenas 16 años, 11 meses y 23 días, contra Unión. Miguel Russo le abrió la puerta de una historia que en poco tiempo contó mucho y que tiene aún más para decir, después de haber vomitado verdades en la complicada noche copera contra Nacional en la Bombonera: Barco fue, por escándalo, la figura de un equipo que lo necesita para hacer real el sueño de la Séptima.