El infierno turco mantiene en vilo la liga del Galatasaray de Morata

El juego brilló por su ausencia en un partido a vida o muerte. El encuentro acabó con siete cartulinas amarillas que parecen pocas. Morata se perdió el duelo por lesión y Osimhen fue de lo más destacado de un partido bronco. El nigeriano se encaró con un miembro del cuerpo técnico de Mourinho y pudo sufrir un penalti por parte de Srikinar que el colegiado no pitó.

No solo la polémica arbitral azota al fútbol español, en Turquía también es un tema candente. Álvaro Morata estrenó su cuenta goleadora con el Galatasaray desde los once metros, después de que el árbitro señalase la pena máxima tras una caída de Mertens. La respuesta de su rival en ese encuentro, el Adna Demirspor fue insólita. Por orden de su presidente, abandonaron el encuentro a la media hora del pitido inicial. Como consecuencia, con la liga en juego, el árbitro para este Galata-Fenerbache (Morata-Mourinho, aunque el madrileño no juega por lesión) sería el esloveno Slavko Vincic. El colegiado ya se encargó de pitar en la semifinal de la pasada Eurocopa ante Francia y es un habitual en Champions.

Polémica arbitral a un lado, el 'Clásico' del fútbol otomano arrancó como una auténtica final. La primera media hora de encuentro no tuvo dueño. Sin centro del campo, una ida y vuelta constante que tuvo un protagonista, Victor Osimhen. El ex jugador del Nápoles fue la referencia en ataque, bajando a recibir y moviendo el juego de espaldas. También tuvo un encontronazo con el banquillo del Fenerbache, mandando callar al asistente de Mourinho, Luca Fatiga. El nigeriano, como acostumbra, salió a morder en la salida de balón visitante. En un despeje del guardameta, Egribayat, llegó tarde y le propició un pisotón que le costó la amarilla. El delantero continuó siendo el centro de la polémica. Cayó en el área por un empujón con el hombro de Skriniar y el árbitro no señaló penalti.

Pero la más clara vino de parte del Fenerbache. Muslera salió de puños y chocó con un Szymaski que buscaba el testarazo. El rechace cayó en Aydn, que remató y, tras un rebote en la zaga, el balón entró lentamente al fondo de la red. Para desdicha del cuadro dirigido por José Mourinho, el colegiado esloveno pitó falta a Muslera y balón para el Galata, dando lugar a una primera parte con mucha bronca y pocos goles.

El segundo asalto arrancaba con el mismo guion que la primera parte: una auténtica batalla en el derbi de Estambul que se trasladó a la grada. Vincic paró el partido por unos instantes por culpa de unos aficionados del Galatasaray que empezaron a lanzar bengalas. Los dos conjuntos se caracterizaron por su dureza en los choques en unos primeros quince minutos tensos, que dejaron un mano a mano de Dzeko que solventó un rápido Mario Lemina.

En el encuentro saltaban chispas y un centro envenenado de Ayidin que salvó con los dedos Muslera estuvo a punto de estrenar el luminoso. La última media hora no dejó choque sin tarascada. El guardameta uruguayo brilló en el infierno turco y atajó bajo palos un cabezazo desde el primer palo de Djiku. Partido a vida o muerte en el que ninguno de los dos equipos escatimó en intensidad.

El colegiado esloveno tendrá pesadillas con el duelo entre Skriniar y Osimhen.El central eslovaco estuvo en todas las tarascadas de un encuentro bélico, que pudo acabar en una tangana al final, pero el colegiado puso orden. Sonó el pitido final y un despliegue policial de película ocupó el terreno de juego tras un empate sin goles que mantiene con esperanzas al Fenerbache. Por su parte, el Gatasaray, hoy sin Morata, tendrá que hacerlos deberes para asegurar su título liguero.