River goleó a Racing (C) y se metió en 16avos de la Copa Argentina

A River le resultó fácil su debut en la Copa Argentina. El viaje a Santiago del Estero fue placentero, marcó la diferencia de categoría con Racing de Córdoba en el resultado, sus 9 estuvieron finos, Nacho Fernández paseó su clase y Martín Demichelis rotó y hasta cuidó piezas -como Enzo Pérez- pensando en la Liga Profesional. Desde esa perspectiva y ante un club del Ascenso, el balance es positivo, más que todo porque por varios momentos se vio ese fútbol elegante que pretende el hincha y el que quiere el DT.

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El 1-0 rompió la balanza contra un rival que, con sus armas, intentó pelear de igual a igual, no se refugió atrás y en algunos segmentos del partido se ganó los aplausos de Chiquito Bossio al borde de la línea de cal. Sin embargo, hasta los 45’ del primer tiempo se vio a un River dominador desde la posesión (alcanzó el 79% en el primer cuarto de hora), pero que no lo plasmó en ataque, con un Leo Rodríguez que antes de irse al vestuario a recargar energías tuvo menos trabajo que el esperado en la previa.

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En ese pasaje daba la sensación de que Nacho Fernández era el único que podía aportar algo diferente, Simón no parecía el mismo que desequilibró ante Banfield, Barco mostraba los chipazos que no se convierten en llama por ese déficit a la hora de la resolución y tanto Borja como Beltrán no encontraban el hueco para romper la línea defensiva. Y a eso se le sumaba que a Andrés Herrera le faltaba criterio para resolver la mayoría de sus proyecciones. En ese contexto, la llave apareció por la izquierda, con un Elías Gómez que asistió a Borja para quebrar el cero.

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Constantemente alentado por el DT, que lo tuvo a pocos centímetros a la hora de las indicaciones, el ex Argentinos mostró dos caras: pasó de una mala subida que estuvo a punto de terminar en el primero de Coronel (tapó bien Centurión) a lanzar un centro rasante, preciso, que el colombiano conectó con la parte externa de su pie derecho para abrir el marcador en un momento determinante del encuentro.

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Que por momentos River haya tenido un bajón en la intensidad ante un equipo de la Primera Nacional es un llamado de atención, pero también es cierto que cuando aceleró no hubo equivalencias, con el 10 como genio y figura.

A la par del equipo, Nacho busca su mejor versión y tras algunos vaivenes en los últimos partidos, el Madre de Ciudades fue testigo de un rendimiento top manejando los hilos, y ejecutando a la perfección lo que piensa, como ese exquisito pase entrelíneas a Beltrán para el segundo.

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De menor a mayor, esa definición top del ex Colón derrumbó las ilusiones de la Academia cordobesa y le permitió a Demichelis preservar a Fernández y a la vez, probar. Afuera Nacho, adentro Nico de la Cruz, Palavecino y Pablo Solari, que sumó confianza y estuvo cerca de cortar la sequía con un lindo remate a distancia que despejó Rodríguez. Y el cabezazo de González Pirez, cada vez más consolidado en la zaga, fue el broche para una goleada que pudo ser mayor.

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No hubo sorpresa ni batacazo. River pasó a 16avos y dio un paso más en el objetivo de ser la máquina que Micho dijo que sueña construir, acercándose más a lo que exige el hincha, con dos los tanques de arriba listos para la batalla.

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