San Lorenzo no estuvo a la altura de la punta

No le queda cómodo el rol de protagonista al San Lorenzo de Insua. Se acostumbró tanto a sentirse inferior a los rivales y a hacer un culto de la garra y el sudor que cuando tiene que dar un paso al frente y demostrar su condición de equipo grande el desafío le queda justamente grande. Tan grande que hasta se salvó de perder sobre el final por una macana de Batalla que salvó milagrosamente Luján, con aura de Santo.

Poco y nada. Demasiado poco hizo San Lorenzo para aprovechar la oportunidad de sentirse en lo más alto de la tabla de la zona B de la Copa de la Liga aunque sea por un rato, ya que una victoria en La Plata lo dejaba en la cima en forma parcial: al menos hasta el resultado de Racing-Newell’s en Avellaneda. Los tres puntos, además, le hubieran venido bárbaro al equipo de Insua para el objetivo de la clasificación a la Libertadores 2024 más allá de se mantiene en esa zona tan preciada.

Claro que el ADN de este Ciclón está diseñado para jugar como punto y no como banca, a tal punto que un goleador de raza como Girotti estuvo más abocado a cubrir espacios en retroceso por la banda derecha que a pisar el área, algo que recién hizo en el primer tramo del segundo tiempo e inquietó a Andújar aunque sin puntería. A esto se le sumó la carencia de generación de juego de Elías-Maroni en el eje central y que el tocado Perrito varias apenas pudo intentar un par de gambetas picantes entre montones de piernas de los rivales.

La premisa de Estudiantes fue similar desde la postura táctica con un compacto 4-4-2, ya que el equipo de Domínguez necesitaba recuperar confianza luego de la eliminación de la Sudamericana más tres derrotas y apenas un empate en las cuatro fechas iniciales de la Copa de la Liga. Así, la agresividad natural y la veloz habilidad de Rollheiser no contó con ningún complemento y el uruguayo Méndez quedó totalmente aislado en el área porque Manyoma se retrasaba para intentar sumarse a la limitada gestación de juego que apenas aporto con pequeños destellos José Sosa pero a kilómetros del arco de Batalla.

El ingreso del vertical e intenso Leguizamón impulsó naturalmete al CASLA en los minutos inciales del segundo tiempo porque ganó aceleración y profundidad. Hasta generó un par de situaciones de gol que podrían haber terminado en la red, aunque Girotti cabeceó con la oreja y muy desviado y Gastó Ramírez no llegó a empujar un potente centro rasante de Legui de frente a Andújar.

Al equipo del Gallego se le presentó un oportunidad imprevista a partir de la tonta expulsión de Zuqui por doble amarilla en sus intentos de hacerse el guapo primero con Batalla (¡con los arqueros nunca, Fernando!) y luego con un planchazo a Elías. Sin embargo, Insua no metió mano en el banco para empujar al Pincha contra su arco y los jugadores en cancha ya estaban fundidos.

El punto no le resultó amargo a ninguno de los dos, en definitiva, porque San Lorenzo sostuvo su estabilidad y Estudiante volvió a sumar. Pero es evidente que si el Ciclón tiene alguna ilusión de pelear por el título necesita agregarle ambición, explosión y goles a su equilibrado funcionamiento para no pincharse en las últimas fechas como pasó en la Liga Profesional. De todas formas, sabe que cuenta con una ayuda divina que pronto amerita una paregrinación a Luján.

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