La metamorfosis de Economía: todo el poder a Sergio Massa

El primer diseño de poder e influencia para el ministro de Economía del Frente de Todos, que entró en vigencia con los cambios en la estructura el 20 de diciembre de 2019, nada tiene que ver con el que ejecuta hoy en día Sergio Massa.
Martín Guzmán se hizo cargo de una cartera ministerial con cinco secretarías y 12 subsecretarías, cuando asumió Alberto Fernández. Hoy, un decreto del Boletín Oficial refleja el agrandamiento del control de su cargo público: de Massa dependen 12 secretarías, más del doble que su antecesor, y 39 subsecretarías: tres veces más que antes.
El Decreto 861/2022 también evidencia algunos cambios en los objetivos de las áreas, pero en líneas generales cada una mantiene su ámbito de control. Según fuentes ministeriales, este nuevo decreto oficializó lo que ya había puesto en funcionamiento. Uno de esos cambios fue que la representación del Gobierno nacional en el Mercado Central volvió al ámbito de la Secretaría de Comercio.
Sin embargo, también muestra la centralización en la jurisdicción sobre otros entes. En 2019, Economía tenía a cargo cinco organismos descentralizados (AFIP, IUF, la Comisión Nacional de Valores, la Superintendencia de Seguros y el Tribunal Fiscal); el Indec; una empresa con participación estatal (Casa de la Moneda) y tres bancos.
Actualmente, Massa controla 17 organismos descentralizados, entre los que se encuentran dos entes reguladores y seis institutos nacionales; cuatro organismos desconcentrados, como el Indec; 17 empresas públicas y entes del sector público nacional y cuatro bancos.
En los motivos de la medida, el Gobierno menciona: “Que por razones de optimización de la gestión de gobierno resulta necesario modificar la conformación organizativa y los Objetivos de diversas áreas dependientes del Ministerio de Economía”.
Sea por la urgencia de los problemas económicos, por un estilo personal o porque se multiplicó el trabajo del titular del Palacio de Hacienda al centralizar tres áreas ministeriales, lo seguro es que Massa y su equipo trabajan hasta altas horas de la noche. El último miércoles, por ejemplo, finalizó una reunión de repaso de objetivos trimestrales con secretarios de distintas carteras a las dos de la madrugada.

Massa, además de centralizar las áreas, mantiene control directo y pide reportajes frecuentes sobre las decisiones que toman sus subalternos. “Están todos alineados. Todo pasa por Sergio”, comentan desde el Palacio de Hacienda, otra diferencia con la gestión de Guzmán, que se caracterizó por desencuentros con algunos funcionarios, como los encargados de Energía.
Todas las medidas se coordinan en reuniones individuales y dos fijas semanales. Una tiene como protagonistas a los del “gabinete productivo”, que se reúnen en el Salón Scalabrini y Ortiz del quinto piso, y otra, a los del “económico-financiero”. En el primero están Flavia Royón, de Energía, José Ignacio de Mendiguren, de Industria y Ariel Sujarchuck, de Economía del Conocimiento, entre otros. En la segunda, algunos de los presentes son Gabriel Rubinstein, su segundo, Eduardo Setti, de Finanzas y Raúl Rigo, de Hacienda.
Según comentaron desde Hacienda, ni Massa ni sus funcionarios se irán de vacaciones. El ministro viajará a Pinamar a pasar Año Nuevo y algún fin de semana a visitar a su familia, pero esperan un verano caliente por las sesiones extraordinarias del Congreso. El enfrentamiento con la oposición por motivos como el fallo de la Corte Suprema respecto a la coparticipación y el Consejo de la Magistratura puso un freno a proyectos que se encuentran demorados, como la ley de blanqueo, de agroindustria y de monotributo tecnológico, que se tratarían entre enero y febrero.
Además, si bien la Corte estará en feria judicial y no retomará actividades hasta febrero, el pago de la coparticipación implicará negociaciones y un diseño de estrategia durante el verano.
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