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“Picardía criolla”: la increíble historia de los argentinos que ...

Picardía criolla la increíble historia de los argentinos que
Hace ya 25 años, dos jóvenes oriundos de San Pedro vivían la experiencia más alucinante de sus vidas al terminar trabajando de extras en una de las películas más taquilleras del cine

Luis Incisa y Nacho Brown van a ser recordados como los dos argentinos que trabajaron en “Titanic”, la película más taquillera de la historia del cine que, el jueves pasado, regresó a las salas del mundo a 25 años de su estreno.

Sin ser actores, los jóvenes sampedrinos terminaron actuando bajo las órdenes de James Cameron e, incluso, compartieron salidas con la por entonces ascendente estrella de Hollywood Leo DiCaprio aunque fue con “el malo”, Billy Zane, con quien pegaron más onda. Una verdadera historia de película.

La escena de la película en la que se ve claramente a Nacho

Sin dudas será para estos dos argentinos la anécdota más increíble de sus vidas. Todavía hoy, 25 años después, Luis se emociona al recordar la experiencia que les tocó vivir, una anécdota fija que sale en cada encuentro con desconocidos.

En diálogo con “Siesteros” de La Redonda, Luis definió su participación en la icónica película como una “increíble aventura, bien de argentinos, por esa picardía criolla”. Porque, claro, su participación fue de casualidad.

Corría 1996 y los argentinos tenían 23 años. Habían viajado a la costa oeste de Estados Unidos con dos objetivos: aprender inglés y, mientras, realizar una especialización en negocios internacionales. “Estábamos viviendo en San Diego, y con Nacho íbamos mucho para lo que era Baja California, Tijuana, Rosarito. Era divertido para nosotros porque en México era más libre para salir. Y una noche, estando en un bar en Tijuana, nos comentan que estaban filmando una película. No sabíamos si era cierto y a los dos o tres días fuimos a surfear para ese lado y vimos en perspectiva con el mar que estaba armado el barco”, reveló.

Mirando desde el otro lado lo que parecía ser el set de filmación, Luis y Nacho, que se movían en una camioneta, con las tablas arriba, decidieron manejar hacia ese lugar, para ver si era cierto eso que le habían dicho en el bar.

“Lo que nos divertía era ir para ver si nos dejaban pasar y después tener algo gracioso para contarle a nuestros amigos”, confesó Luis.

La historia siguió: llegaron al lugar en un momento donde ingresaba muchísima gente pero rápido se toparon con una muralla: había muchísima seguridad. “Nos pararon y les dijimos que nos habían citado. Nos preguntaron quién nos había citado y Nacho, por decir un nombre, dice ‘Jesús Guerrero’ y dio la casualidad de que era el número 1 del casting de la película’. Lo llaman, le dicen que había dos argentinos en la puerta, y le dicen que pasemos”.

Luis y nacho en una de sus primeras fotos como marineros del “Titanic”

¿Qué iban a hacer una vez dentro? Luis recordó: “Queríamos sacar alguna foto e irnos pero cuando estábamos sacando las fotos, viene uno de seguridad, nos saca de ahí y nos llevan a hablar con Jesús”.

El recorrido hacia Jesús les iluminó el alma: había cientos de personas cambiándose con ropa de época, un escenario que no habían imaginado nunca. Evidentemente, el dato que les habían dado en el bar era verdadero.

“¿Y ahora qué hacemos?”, se preguntaron Nacho y Luis, que decidieron seguir adelante con su plan y enfrentaron al tal Jesús, a quien se ofrecieron por si hacían falta extras.

Sin embargo, en ese momento, no necesitaban más colaboradores pero les tomaron el teléfono, les sacaron una foto y les dijeron que en caso de haber alguna vacante los iban a llamar.

El regreso a San Diego fue exultante y apenas llegaron le contaron toda la aventura a sus amigos. Ellos intentaron hacer lo mismo al día siguiente pero fueron rebotados. Ni siquiera la palabra mágica (Jesús) les permitió pasar de fase.

Y cuando Luis y Nacho creían que la historia había quedado en esa única etapa, la suerte les golpeó la puerta. En realidad, les hizo sonar el teléfono; un teléfono de línea en el que les dejaron un mensaje porque, de vacaciones, era difíciles de encontrar en la casa donde se hospedaban: “Les conseguí un papel, tienen que estar mañana a las seis de la mañana en Rosarito”.

Sin saber si el mensaje era verdadero -creían que sus amigos les podían estar haciendo un chiste-, dijeron: “no tenemos nada que perder”. Agarraron la camioneta y emprendieron el viaje de dos horas y media porque tenían que cruzar la frontera. “Pero cuando llegamos y dimos nuestros nombres, figurábamos y nos dejaron pasar”.

Luis en la cubierta del “Titanic”

Para ese entonces, la película llevaba en rodaje un mes y medio. Pero ellos no sabían ni de qué se trataba, ni quién la dirigía, ni quiénes la protagonizaban. Nada.

Los papeles que les habían conseguido eran de marineros. “No teníamos ni idea qué tipo de película era pero sí nos sorprendía la dimensión del movimiento que había en el set. Era un predio enorme donde estaba armado el barco”, contó Luis.

El primer día de su rodaje, los mandaron arriba del barco y, desde ahí, les empezaron a dar indicaciones. “Justo hacía unos días habíamos visto ‘Romeo y Julieta’, que se había estrenado en Estados Unidos, y Nacho me dice ‘me parece que este es el de ‘Romeo y Julieta’, y no lo podíamos creer”. El de “Romeo y Julieta”, claro, era Leo DiCaprio, que comenzaba a generar desmayos entre las plateas femeninas por su actuación en esa también inolvidable película junto a Claire Danes.

“Evidentemente, esta es una película súper importante”, se dijeron, al ir avanzando el rodaje e ir conociendo cada vez más gente.

Según el recuerdo del argentino, había días en los que Di Caprio y Kate Winslet llegaban al rodaje en helicóptero. Sin embargo, no eran, en ese entonces, figuras inalcanzables: “Estaban al lado nuestro permanentemente. Se los veía simples, se reían. Leo no era tan estrella como era ahora”, dijo Luis que repasó un encuentro extra rodaje que tuvo con el actor: “A veces nos daban días libres, porque tenían que mover el barco, y nos quedábamos en hoteles por ahí. Un día fuimos a un bar y estaba DiCaprio tomando un whiscola. Lo saludo, le digo ‘estoy trabajando con vos’ y él me dijo ‘hagamos un brindis’. Él estaba en el bar, con seguridad, pero nadie lo paraba ni le decía nada. Ahora no creo que pueda estar tan tranquilo en un lugar público”.

Luis y Kate Winslet en un alto del rodaje

De Winslet también tienen el mejor recuerdo, incluso, hecho foto: una fotografía con la recordada Rose es uno de sus mayores recuerdos.

Pero con el que más onda pegaron fue con el villano, Billy Zane. “El que hacía de malo, el novio de ella, venía a fiestas con nosotros. Hacía chistes todo el tiempo. Era el más macanudo de todos”, rememoró Luis, que también elogió por su alegría a Katy Bates, entre otras celebridades de la producción.

Aunque aparecen “de fondo” durante toda la película, los argentinos no tienen una escena en el filme. Sin embargo, Nacho tuvo más suerte: “Fue furor cuando se estrenó la peli por una foto que estaba en todos lados, que es Nacho, como marinero, frenando a la gente cuando quiere ir a los botes salvavidas”.

Según contó el sampedrino, terminaron rodando durante cinco meses porque los marineros “estamos prácticamente en toda la película, hasta que quedaron cuatro personas, porque eran los que pasaban de lejos”.

Rodaron durante cinco meses y cobraron un aproximado de 100 dólares la jornada

Además de diversión y una historia para contarle a sus nietos, los argentinos se llevaron miles de dólares. Según contó Luis, les pagaron por día, un promedio de 100 dólares por jornada, más los gastos de hotel, comida, nafta y horas extras. Sin embargo, no es que trabajaron de corrido durante 150 días: “Solíamos tener días libres, como cuando movían el barco, y también no dieron días de vacaciones en diciembre”, reveló Luis.

A un cuarto de siglo de aquella inolvidable experiencia, Luis se queda con la magnitud de la producción: “Era impresionante el presupuesto que manejaban, eso fue lo que más me impactó. Veías los movimientos, había días de muchísimas personas, y manejar la vestimenta de cada uno, y que, a su vez, muchos tenían varios cambios en el día. Era una cosa impactante”.

Al ver la película, Luis viaja al pasado. “Dentro del drama que es, te causa gracia porque los momentos más dramáticos de la película, fueron los momentos más divertidos para nosotros, rodando con trajes de agua riéndote en piletones enormes”, manifestó.

Leo DiCaprio en pleno rodaje

La historia de los argentinos en “Titanic” no es nueva. En su momento, hasta almorzaron con Mirtha Legrand y hasta llegaron a los medios chilenos. Sin embargo, no siguieron desarrollando su faceta de actores.

Comerciante Luis, y agropecuario Nacho, el aniversario número 25 de este clásico del cine los encuentra todavía siendo amigos aunque ya no viven en San Pedro sino en Carmen de Areco con sus respectivas familias.

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