“¡Oh capitán, mi capitán!”: Recordando a Robin Williams
En la novela gráfica de “Watchmen”, Rorschach en uno de sus monólogos cuenta algo que, ante sus ojos, es un chiste. Un hombre va al medico por sentirse demasiado triste y sin ánimos para vivir. El médico le recomienda que vaya a ver al payaso Pagliacci, que se encuentra de visita en la ciudad y que su acto podría animarlo.
El hombre rompe en llanto y mirándolo fijamente a los ojos le responde: “Pero doctor, ¡Yo soy Pagliacci!”. Recurrimos a nuestros comediantes para huir de nuestros problemas y sentirnos mejor con nosotros mismos, sin sospechar que muchas veces, deben lidiar con una carga tan silenciosa como la depresión.
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El ganador de un premio Oscar, cinco globos de Oro y dos Emmy Robin Williams habría cumplido hoy 69 años de edad. Un hombre que, a pesar de su lucha constante contra las adicciones, el mal de Parkinson y la depresión, logró hacer que el publico riera a carcajadas y llorara de emoción durante sus 38 años de carrera artística.
Tras realizar múltiples apariciones en sketches en “The Richard Pryor Show”, la fama y el éxito llegarían a Robin tras “Mork and Mindy”, serie de comedia estrenada en 1978 en la cual, por cuatro temporadas, el comediante daría vida a un extraterrestre del planeta “Ork”, quién debía enviar a su líder “Orson” reportes constantes de sus aprendizajes sobre la vida terrícola.
Rápidamente comenzaría una titánica labor actoral en diversas producciones en las que participaría en roles secundarios, hasta que en 1987 realizaría “Good Morning, Vietnam”, en la que efectuaría una sátira bélica interpretando a un DJ de radio cuya labor sería la de entretener a las tropas americanas en el país asiático
Después se destacaría en “Dead Poets Society”, la cual le valdría su primera nominación al Oscar al interpretar a un profesor de literatura que, al entrar a una prestigiosa escuela privada para varones, comienza a inspirar a los estudiantes a perseguir sus propios intereses y revelarse ante los dogmas educativos.
Williams resaltaría en la gran pantalla gracias a su gran agilidad verbal, presentando un reto a sus compañeros de elenco, quienes constantemente eran sorprendidos por su habilidad de improvisación en escena.
Una prueba de ello sería en la película animada “Aladdin” (uno de varios trabajos como doblador de voz), en la que, pese a contar con un guion establecido, los animadores debían ajustar al personaje ante las diversas intervenciones que el actor realizaría.
Williams tampoco era indiferente a la seriedad dramática. “Good Will Hunting” lo presentaría en el papel de un profesor de psicología que ayuda a un joven prodigio matemático a superar sus demonios personales. Esta película supondría su único premio de la Academia en la categoría de “Mejor Actor Secundario".
Tampoco podemos dejar pasar sus aportaciones en el genero del misterio y el suspenso. Bastaría con repasar su labor en cintas como “One Hour Photo”, de Mark Romanek o “Insomnia”, segundo largometraje de Christopher Nolan.
En ambas cintas realiza unos retratos muy definidos de hombres solitarios cuya psique es llevada a los extremos con interpretaciones que pueden llegar a generar escalofríos en el espectador.
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Williams habría tomado la decisión de abandonar este mundo el 11 de agosto de 2014, dejando tras de sí un legado fílmico y televisivo como ningún otro humorista hubiese podido alcanzar. “¡Oh capitán, mi capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado”.